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Uther, el primer Paladín

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Lord Uther the Lightbringer (WC2, WC3), Sir Uther Lightbringer, Uther el Traedor de Luz (RPG), Uther el Portador de Luz, Uther el Iluminado o el Luminoso (WoW); o simplemente Lord Uther, fue el fundador de la sagrada orden de paladines llamada la Mano de Plata al mando de la cual combatió contra la Horda durante la Segunda Guerra. En la Tercera Guerra, Uther fue traicionado y asesinado por su pupilo predilecto, el Príncipe Arthas, mientras guardaba la urna que contenía las cenizas de su padre, el Rey Terenas.

Los Paladines son una clase híbrida entre Guerrero y Sacerdote que puede ser denominada como ‘Guerrero Sagrado’, dentro del juego de World of Warcraft. Son tan versátiles que según la distribución de sus árboles de habilidades pueden llegar a ser considerados Sanadores si eligen la rama Sagrado, Tanques si eligen la rama Protección o Daño si eligen la rama Reprensión. Pueden hacer uso de auras que les proporcionarán unos beneficios temporales que aumentarán sus habilidades tanto para él como para el resto de compañeros de grupo mientras que pueden llevar equipado una armadura de Placas que le proporciona la mejor protección posible a los golpes. Los paladines son los virtuosos defensores de los débiles e incansables enemigos de La Plaga. Mezclan elementos del guerrero y de los clérigos de la Luz Sagrada. El paladín es por lo tanto un duro adversario cuerpo a cuerpo. Pueden ser Paladines los humanos, los enanos y los draenei en la Alianza, y elfos de sangre y taurens en la Horda.

El Paladín es un «Guerrero de la Sagrada Luz», defendiendo lo bueno y auténtico del mundo, y rechazando todo aquello que es vil y siniestro -especialmente La Plaga y la Legión Ardiente. Se ofrece a socorrer a los heridos en combate y a repeler a sus enemigos con fervor divino. Es especialmente poderoso contra los No-Muertos, puesto que estos amenazan a las razas nobles y la Sagrada Luz los quema poderosamente. La presencia de cualquier mal es para el Paladín repudiable, y sus esfuerzos se centran en la aniquilación de No-Muertos y Demonios. Los humanos, draenei, y enanos de Forjaz son los más propensos a convertirse en paladines, pues veneran la Luz Sagrada. Los Elfos de Sangre utilizan la Luz para sus beneficios, aunque recientemente los rumores apuntan a que los utilizan legítimamente. Los tauren paladines, son, en realidad, druidas solares que adoran al Sol.

El primer Paladín

Uther fue un caballero y un clérigo aprendiz del Arzobispo Alonsus Faol en la Primera Guerra y ha adorado a la Luz Sagrada desde su juventud. Uther conoció al arzobispo cuando era simplemente el Obispo Faol, quien sirvió a Uther como asesor espiritual y mentor. La caída de Azeroth hizo que Faol se dé cuenta que la fe no es suficiente para luchar contra las fuerzas del mal mundiales. Decidió crear una nueva orden que pudiera luchar contra el mal uniendo al don de la Luz y las proezas de la guerra. Ofreció a Uther un lugar entre ellos, los Caballeros de la Mano de Plata, los paladines habían nacido. En la Capilla de Alonsus en Stratholme, Uther se convirtió en el primero de la nueva orden, y su líder. Fue un momento glorioso para la Alianza y para los creyentes de la Luz Sagrada.

Durante la Segunda Guerra

Uther participó de algunos de los más sangrientos combates de la Segunda Guerra, incluyendo el asedio a Lordaeron de Orgrim Doomhammer, en la cual ayudó en la victoria sobre la Horda. Fue nombrado «Portador de luz» por Turalyon, un paladín hermano y por el teniente Anduin Lothar, después de la batalla de Blackrock Spire.

Uther se dirigía al Lago Darrowmere cuando fue atacado por piratas de Alterac. Esto reveló que el reino de Alterac había traicionado a la Alianza. Entre sus hazañas, Uther lideró el asalto final al clan Burning Blade en el Portal Oscuro, junto a Turalyon.

Tras el fin de la Segunda Guerra, Uther continuó sirviendo como un leal y protector caballero. Resolvía las disputas entre los hombres y los problemas violentos con otras criaturas amenazadoras. Al ser ya uno de los paladines de élite, se le asignó la misión de instruir al talentoso y prometedor hijo del Rey Terenas, Arthas Menethil (quien luego se convirtió en el Rey Exánime) y guiarlo en la fe de la Luz. Se convirtieron en bueno compañeros, tanto así que Uther era como un tío para él.

La amenza de La Plaga

Cuando comenzaron los primeros problemas de la Tercera Guerra, Uther estaba orgulloso de que Arthas se uniera a sus fuerzas para defender Strahnbrad. Los orcos del clan Blackrock habían invadido el pueblo, y en ese entonces se encontraban bajo el liderazgo del mortal maestro de las espadas, Jubei’Thos. Mientras Uther defendía el pueblo, Arthas trabó batalla con los orcos. Entre ambos destruyeron el campamento y derrotaron a Jubei’Thos temporalmente.

Tras esto, Uther dejó la acción hasta que cierto día, Jaina acudió a él sin avisar. Había venido apresurada desde Vega del Amparo con malas noticias, La Plaga estaba atacando el emplazamiento de los paladines. Uther reunió rápidamente a los Caballeros de la Mano de Plata y partieron a la ciudad que ya había sufrido bastante daño, mientras Arthas retenía el ataque. Horrorizado, humillado y turbado por la casi perdida batalla, Arthas partió a Stratholme, donde esperaba encontrar a Mal’Ganis, al que le atribuía ser el creador de la Plaga. Uther lo siguió y para su sorpresa, los habitantes de la ciudad habían sido infectados por la peste. Arthas, sabiendo lo que ésto conllevaba, ordenó a Uther que purgara la ciudad asesinando a todos sus habitantes. Uther, atónito por la decisión que había tomado el príncipe de Lordaeron, rehusó cumplir dicha orden, lo que motivó que un furioso Arthas cargara contra él acusándolo de traición y disolviendo la Orden de la Mano de Plata. Uther se retiró para no podía presenciar la masacre que se iba a realizar a gente inocente.

Arthas partió a Rasganorte para ir en busca de Mal’Ganis. Su padre, el Rey Terenas y Uther enviaron allí a un emisario para que fuera a buscarlo y lo trajera de vuelta. Arthas finalmente regresaría varias semanas después, aunque muy cambiado. A pesar de todo, la capital de Lordaeron festejó y celebró el regreso de su héroe. Pero la alegría cambió a horror cuando Arthas procedió a la sal del trono y clavó la espada rúnica Agonía de Escarcha por el cuello de su padre.

La muerte del héroe 

Terenas fue incinerado en una ceremonia y sus restos se guardaron en una urna especial. Uther, consternado por haber perdido a dos de sus grandes amigos, se ofreció para guardar la urna en Andorhal. El pueblo fue invadido por Arthas y sus esbirros no-muertos que buscaban la urna mágica para fines nigrománticos. Uther luchó contra Arthas y sus secuaces, pero cayó derrotado tras una épica batalla, asesinado a manos de su pupilo, a quien apreciaba entrañablemente.

Luego de su caída, el cuerpo de Uther fue levantado por miembros de la Alianza y puesto en reposo en una gran tumba. La localización actual de la tumba se encuentra en las Tierres de la Peste del Oeste, al este de Campamento del Orvallo, el único lugar de luz en tierras de oscuridad. La placa en la tumba dice:

Aquí yace Uther el Iluminado
Primer paladín, fundador de la orden de la Mano de Plata

Uther vivió y murió para defender el reino de Lordaeron. Aunque fue traicionado por su discípulo más amado, creemos que su espíritu pervive. Continúa observándonos, aun cuando las sombras acechen nuestra tierra desolada. Su luz es la luz de toda la humanidad y, siempre que hagamos honor a su memoria, esta nunca se perderá.
— Anónimo 

Aunque su cuerpo fue asesinado, no fue suficiente como para destruir al que fue un gran campeón de la Luz. Los que visitan su tumba en las Tierras de la Peste del Oeste pueden comprender el significado de las palabras talladas en la inscripción de su tumba. Su espíritu sigue vivo, apareciéndose a los aventureros de la Alianza y de la Horda que lo visiten. Su fantasma expresa sabiduría, palabras de gratitud a aquellos que vienen a honrar su memoria y palabras de perdón a los que siguen prejudicándolo, aún en la muerte.

Uther es visto como un héroe y un mártir que daría su vida por su nación, orden y rey. Al ser el creador de los Caballeros de la Mano de Plata, comandante en la Segunda Guerra, por ser fundamental en levantar y llevar a la Alianza a la victoria tras la muerte de Anduin Lothar, se lo ha inmortalizado como uno de los más grandes y sagrados caballeros en los corazones de muchos.

Sin emabrgo, hay paladines que lo criticaron por las mismas cosas por las que es alabado. Dicen que Uther era tan leal al trono que no se atrevió a detener Arthas de asesinar a los ciudadanos de Stratholme. A pesar de esto, Uther es visto como una fuente de esperanza e inspiración para muchos, y una representación de la devoción ciega y la negligencia de otros.

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